{Razas y Genética;

Mujeres y hombres de aspecto horripilante, rostros cubiertos por verrugas y que vuelan por los cielos con aquella vieja escoba. Nada más errado que esto, aunque claro, nadie puede culpar al folclor por darles ese aspecto tan alejado de la realidad. La palabra “bruja” ha sido mal utilizada en los últimos años, obsequiándoles ese aspecto aterrador para un bonito halloween. Sin embargo no son como la mayoría lo cree. Hombres y mujeres de aspecto común y corriente, descendientes o reencarnados por las tres hermanas, sus facciones varían según su descendencia, de cuerpos proporcionados y una mirada bastante natural. Es realmente difícil adivinar cuando estas frente a un brujo, de no ser por una característica que los diferencia de las razas podrían pasar por humanos comunes y corrientes. Son realmente poderosos, algunos conservan la descendencia “mágica” intacta, por lo que representan un arma altamente letal. Sus habilidades varían según el brujo, la ascendencia, la experiencia y años que posee. Hoy en día no se les persigue con antorchas o se les busca colgarlos, después de la experiencia que tuvieron todos los habitantes, cuando las tres se alzaron, algunos optaron por pedir la ayuda de algún brujo o bruja de confianza, intentando salir airosos del error en el que sus antepasados los hundieron. Llevan la magia procedente de sus padres o madres corriendo por sus venas, la misma que suele ser inútil hasta que no aprenden a controlarla. .

A pesar de la creencia de los seres humanos, los demonios no tienen nada que ver con el infierno. Los demonios son más bien fuerzas espirituales que se han ido fortaleciendo con el paso de los milenios. Al principio eran solo eso, energías puras concentradas en un solo ser, más tarde estas energías fueron evolucionando con el pasar de los milenios, adquirieron conocimientos que les permitieron adaptarse a la vida terrenal, adquirieron formas humanos y conservaron el poder natural. No obstante, entre más tiempo pasaban entre humanos más corrompidos se sentían, hasta que hubo un límite y sus poderes se volvieron puramente oscuros.

Se han mantenido desde los principios del origen de la tierra, incluso son más antiguos que las gárgolas. Ellos obtienen su poder a través de la energía vital de los humanos, la cual puede obtener de maneras bastante diversas. Sin embargo, esta energía no es completamente predestinada a ellos, algunos son esclavos de brujos y brujas que con ambición buscaban ganar más poder. Los demonios ya no son seres libres, ni una entidad espiritual que carece de dueño, unos se ofrecieron a ayudar a los brujos en su labor de adquirir mayor poder porque sentían aprecio por el individuo. Otros más fueron esclavizados en contra de su voluntad, y los más escasos cometieron el grave error de enamorarse. Se volvieron vulnerables a la capacidad de manipulación de los brujos y brujas, algunos correspondían a su cariño y otros más tenían como principal meta absorber todo el poder que el demonio sobre su hombro podía proporcionar.

Físicamente, los demonios tienen formas básicas. La primera es incorpórea, simple energía, la segunda es más compleja, la forma humana. Con esta última forma, los demonios tienen algo en común, y es que ellos resultan ser muy atractivos para los mortales. No es que sean prácticamente seres perfectos, pero cuentan con un aspecto realmente llamativo que logra capturar la atención de los mortales.

Cuando enfurecen sus ojos oscurecen completamente, haciendo incluso que la pupila desaparezca entre la negrura.

No hay nada tan duro y frio como la roca. Son ellas, las piedras, las gárgolas, surgidas de la misma tierra para velar por alguien en específico. Silenciosas, tranquilas, aparentemente inofensivas cuando adquieren aspecto humano. Su piel se vuelve rígida ante los primeros rayos de sol. Las hay con alas, de cuerpos escamosos, con cuernos y largas garras. Han estado aquí desde el inicio de los tiempos, pero justo antes de la maldición ninguna había sido capaz de moverse de su sitio, se decía que mantenían un contacto telepático con un ser superior, al cual avisaban de alguna anomalía en el sitio donde habían sido asignadas.  De maneras tan ambiguas como su forma natural, bajaron de los techos de las catedrales para comenzar su nueva vida aquí entre todos. Dejaron de ser solo centinelas para convertirse en habitantes de Danvers, algunas son solitarias, otras sin embargo prefieren la compañía de las demás razas. Las hay neutrales e inclinadas a un bando, desde que se dieron cuenta que podían decidir por ellas mismas no han visto por nadie que no sean ellas mismas, en ese aspecto se comportaron egoístas, inclinándose al bando que según ellas creían que será el ganador. Pasan desapercibidas, de no ser por esa mirada brillante que tienen todas y una fuerza mayor a la promedio, ten mucho cuidado, nunca provoques su ira.

Alas brillantes y esponjosas, aspecto angelical y voces melodiosas. A pesar de las descripciones en las historias infantiles no todas las hadas suelen ser tan adorables. Algunas buenas, otras malas, de corazones corrompidos y el alma llena de ira. Existieron desde siempre, y observaron en silencio como sus amados bosques terminaban siendo destruidos. Con voces angelicales causan estragos en las decisiones de los seres humanos día a día, con rostros aniñados intentan camuflarse en el mundo que les está tocando vivir, como meras sirvientas unas trabajan contra su voluntad para algunas brujas, otras sin embargo, prefirieron brindarle protección a esos seres que tenían el corazón puro, y que alguna vez les prometieron que podían hacer que el mundo volviese a la normalidad. Ríen y florecen los campos, la naturaleza responde a su llamado este donde este, se dice incluso que pueden adquirir una apariencia tan angelical que si lo desean pueden manejar cual marionetas a los humanos y a algunas especies.

Deseosas de tranquilidad, pasan sus días en su fortaleza natural, ocultas de vez en cuando ante los ojos que, según ellas, no son dignos de presenciar. No son diminutas, pero pueden volverse de ese tamaño, nunca enfurezcas a un hada, pues tendrás de enemigo a la mismísima naturaleza.

En un gran número de culturas existen leyendas sobre caminantes de la noche que se alimentan de sangre humana, seres que un día fueron personas, pero que, tras morir, volvieron a la tierra para beber de lo que un día fueron sus congéneres: los vampiros. Sin embargo, la pregunta día a día continua ¿De dónde surgieron los vampiros? Algunos dicen que se trata de una epidemia lanzada por dios, en esta historia los vampiros llegaron a nuestro mundo de una manera muy distinta. La mayor de las hermanas, al lanzar la maldición, convirtió a los primeros en sus sirvientes, personas que la odiaban después de que la declararon bruja, y que ahora encontraban su castigo sirviendo a su fiel causa.

Estos hombres tuvieron descendencia, criaturas infernales que obtuvieron unos afilados colmillos deseosos de sangre. Los rayos de sol no hacen más que darles cosquillas, y es que solo existe una manera correcta de asesinarlos. Fueron “bendecidos” por la inmortalidad, ya que la sangre que consumen hace que sus órganos no se corrompan, preservándose por toda la eternidad como eran en el momento en el que fueron convertidos; sea lo que sea que dure su eternidad. Ante ellos persevera el instinto de alimentarse de las que alguna vez fueron sus personas más queridas, dejándolas secas, llevándose una tortura al no poder controlarse. Pocos son los que logran sobrevivir a base de sangre de animal, sin embargo esta es muy pobre, por lo que se necesitarían varios animales de considerable tamaño para sustituir lo que la sangre humana les brinda.

Pueden transformar a un humano en vampiro, basta con darle a beber a ese incauto de su misma sangre y esperar a que el proceso se complete.

Hombres-gato, hombres oso. Esta especie tiene la capacidad de transformarse en animales, saturan las leyendas de todo el mundo y no es algo que extrañe, pues desde que pisaron estas tierras son mucho más comunes de lo que en un principio parecían serlo. Son personas aparentemente normales que, por genética o mala suerte han heredado la habilidad de adoptar otra forma, hecho que descubren en un temprano momento de su vida pero que no se manifiesta tan fuerte como cuando se pisa la mayoría de edad, maldijeron a sus antepasados, obligando así a pasar siempre la descendencia. La mayoría puede cambiar su aspecto a su antojo, su trasformación es increíblemente diversa, sin embargo no suelen elegir en que transformarse. Nacen con forma humana, y conforme pasan los años comienzan a adquirir características de lo que será su futura transformación. El animal que lo rige, según se dice, es gracias al carácter que se fueron forjando con el transcurrir de los años. La transformación según dicen, siempre es dolorosa, más aun las primeras veces, cuando no se tiene un extenso control sobre la habilidad. El suplicio consta de escasos segundos, por lo que no es realmente extraño que algunos ya estén bastante acostumbrados. Al momento de mutación solo cambia el cuerpo, es decir, la ropa que tengan puesta no varía, y generalmente, se cae o sufre roturas; A sí mismo, al volver a convertirse en humanos es de esperarse que estén desnudos.

Su habilidad les permite tener los sentidos mayormente agudizados, escuchan pequeños ruidos y llegan a oler algo que a alguien otro le pasaría desapercibido, los novatos carecen de autocontrol, a causa de esto tienden a atender más a sus características animales que a la propia razón.

Los no tan numerosos en Danvers, pues aquí el que no es un monstruo esta maldito, o cercano a una muerte espantosa. A pesar de esto, Danvers cuenta con una variedad de nacionalidades bastante amplia, pues desde que se registró como un lugar turístico, personas de distintas partes del mundo llegaron a quedarse.  Puedes encontrarlos entre las calles, o incluso en alguna resistencia creada por algunos que aún se niegan al cambio. Los hay chicos y grandes, hombres y mujeres. Neutrales, o con un bando propio. La mayoría se resignó aceptando su maldición y el hecho de que no podían escapar o salir de Danvers, el resto se intuye en habilidades para dar batalla contra todo lo que se viene. Codiciosos de libertad y con unos ideales bastante elevados, se refugian por las noches en su resistencia, para tratar estrategias o simplemente ponerse a entrenar, por el día actúan de una manera bastante natural, trabajadores comunes y corrientes, nunca menosprecies a un humano, a veces los peones son los que ganan las partidas.

Humanos comunes y corrientes que buscaban alguna distracción en sus aburridas vidas. Llegaron a Danvers con el único fin de pasar unas buenas vacaciones, pues desde que se registró como un lugar turístico con una buena leyenda, a diario se ven personas de distintas partes de mundo pisar estas tierras. Lo que no saben, es que cuando pisan siquiera la entrada, son automáticamente blanco de las demás razas, su vida después de disfrutar la arquitectura y los innumerables lugares donde pasar unos buenos días, ya no vuelve a ser la misma. Es bastante normal que se topen cara a cara con lo que creían era un simple mito. Son la raza más vulnerable, y la más sencilla de manipular, no es extraño que tarde o temprano terminen convertidos en un monstruo, es eso o ser alimento de la raza al principio de la cadena alimenticia. Es básicamente obligatorio que en algún momento de su vida sean transformados, después de esto comenzaran a seguir las reglas de lo que dicte su líder.

Su vida a partir de pisar Danver se resumirá en una sola interrogante: ¿Qué bando elegir?